CATARSIS
Estoy en Rusia, el país de los malos,
en una calle del fin del mundo.
Tengo la piel comida de los presos del
norte y una ambición de gloria y pacifismo
que no conoce el hombre de estas tierras.
"Catarsis" llaman los sabios judíos
a la serpiente que muerde mi corazón.
Catarsis, el viento abre en la piedra un
camino difuso.
Catarsis, todo lo puse
en la palabra "despertar".
VE, REGRESA
Para hacer bolillos de lodo esta mañana
me basta no tener que hacerlos muy de prisa.
No hay manchas de la que
colgar tanto abandono.
Para ser puente que nadie cruzaría
sin mis piernas
sólo me basta seguir el sendero
que los otros eligieron para mí
en sus sueños.
Ve
regresa a tu silencio como de
una batalla que ganaste
dormido.
EL CIELO, UNA CORNEJA
El cielo ya no está tan bajo como
el jueves de la crucifixión anterior
cuando hasta los niños de mi edad
podían tocarlo casi con mi mano
no ya la luz
el misterio colgando
de mi ventana como un trapo viejo
de Van Gogh
el infinito sólo tiene falsas puertas
de acceso y un hall vengativo
hacia Dios
pero no tiene sangre de camello
para cruzar el desierto
ni tanta piedad que hiela doce vasos
de sed.
Cada hombre con tal desprecio simultáneo
transforma el paraíso en espejito de
amaranto
simulando un ascenso inaudible
de áspid manso
los ángeles rugen dentro de las botellas
de vino a las que todos por turno
venimos a orinar.
LA NUEVA INQUISICION
La luna de este jueves
roja como el andamio de las pesadillas
en lo vago de las plazas que mi ojo
izquierdo podría desplazar
entre mi ojo derecho que oscila
como una pieza instantánea
80 ambigüedades cortan
el satélite
ennegrece de tanta blancura
y semejanza la luz misma.
¿A quién vender el cielo por un pedazo de
suelo sin labrar?
Un ojo se deshoja o se acalambra.
Un árbol se desliza por sus ramas
La lumbre es una sombra y no
unos pasos...
Un pájaro se pudre por el cielo.
Y es tan bello como una pelambre de mono
guillotinado por los viejos de la nueva
inquisición.
Estoy en Rusia, el país de los malos,
en una calle del fin del mundo.
Tengo la piel comida de los presos del
norte y una ambición de gloria y pacifismo
que no conoce el hombre de estas tierras.
"Catarsis" llaman los sabios judíos
a la serpiente que muerde mi corazón.
Catarsis, el viento abre en la piedra un
camino difuso.
Catarsis, todo lo puse
en la palabra "despertar".
VE, REGRESA
Para hacer bolillos de lodo esta mañana
me basta no tener que hacerlos muy de prisa.
No hay manchas de la que
colgar tanto abandono.
Para ser puente que nadie cruzaría
sin mis piernas
sólo me basta seguir el sendero
que los otros eligieron para mí
en sus sueños.
Ve
regresa a tu silencio como de
una batalla que ganaste
dormido.
EL CIELO, UNA CORNEJA
El cielo ya no está tan bajo como
el jueves de la crucifixión anterior
cuando hasta los niños de mi edad
podían tocarlo casi con mi mano
no ya la luz
el misterio colgando
de mi ventana como un trapo viejo
de Van Gogh
el infinito sólo tiene falsas puertas
de acceso y un hall vengativo
hacia Dios
pero no tiene sangre de camello
para cruzar el desierto
ni tanta piedad que hiela doce vasos
de sed.
Cada hombre con tal desprecio simultáneo
transforma el paraíso en espejito de
amaranto
simulando un ascenso inaudible
de áspid manso
los ángeles rugen dentro de las botellas
de vino a las que todos por turno
venimos a orinar.
LA NUEVA INQUISICION
La luna de este jueves
roja como el andamio de las pesadillas
en lo vago de las plazas que mi ojo
izquierdo podría desplazar
entre mi ojo derecho que oscila
como una pieza instantánea
80 ambigüedades cortan
el satélite
ennegrece de tanta blancura
y semejanza la luz misma.
¿A quién vender el cielo por un pedazo de
suelo sin labrar?
Un ojo se deshoja o se acalambra.
Un árbol se desliza por sus ramas
La lumbre es una sombra y no
unos pasos...
Un pájaro se pudre por el cielo.
Y es tan bello como una pelambre de mono
guillotinado por los viejos de la nueva
inquisición.
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