Evangelina Arroyo
de un día a otro se muere
y no sabe si la quisieron para puta
o por las buenas
no tiene la certeza del adiós
y el pañuelo apolillado
lo almacena en el borde de su cara
o –por si acaso - en el estante de arriba
no sea que la instiguen al averno
hay otra manera de llamar las cosas:
redimirse, en última instancia
no sería el problema
pero si le auguran naufragios
entonces la cuestión depende de las margaritas/ el vino
y del “me quiere mucho poquito y nada”
a veces le condenan madrigales
otras tantas, el néctar es igual a esclavitud
la certeza del adiós
la tiene sin cuidado
E.M.A.
CUERPO EN AGUA
lo vi tan desamparado
aquella noche
me pareció
que habitaba
un jardín de fresias
o el sueño
de una paloma en madrugada
que vigila y canta
al menos
tuvo una descarga de tiempo
en las entrañas
un reloj incompleto y visceral
para despojarse
el frescor de su cuerpo
entre dos aguas
tejiendo
-como si no respirara-
la telaraña del placer
E.M.A.
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