EL RINOCERONTE
Hace un milenio
que bajamos al borde del barro ,
donde vimos a un enorme
rinoceronte prehistórico
enjaulado entre hojas quebradizas ,
con el cuerno al cielo
como el filo del cuchillo
que corta al mundo en dos mitades .
La humedad de su cuerpo ,
cayo como granizos
durante el temporal en el
campo asoleado de la ira .
Los pescadores observaban a la
monumental bestia
abrirse como redes en el infinito .
Donde los pequeños entes anidaban
en el interior de interminables líneas
del camino de la podredumbre ,
que surcan los ejercitos invisibles ,
y todo descendió entre el
campo ardiente de las descendencias .
CARTA ABIERTA A SERGUEI
En la pista de aterrizaje,
caminas ansioso
en busca del olor del habano
de la vieja Cuba.
Como el sentir de la médula
de millones de hormigas que pululan
en los pasillos gélidos,
de esos viajeros eternos
que llevan a cuesta
el madero de su cruz,
que arde en la inmensidad del mar,
sobre la línea horizontal
de tu mirada.
Se cruzan
los campos imperfectos
de la creación.
Las turbinas de los aviones
encienden los motores de esos alientos
casi divinos,
que se balancean
en el árbol del poder
en las noches póstumas
después del tornado que emanó
del pararrayo
en la vieja biblioteca.
UNPLUGGED DE LA ARIDEZ
El telón ha caído
y los aplausos retumban en las rocas
de antiguas fortalezas,
junto a las fichas
de la suerte esquiva,
en la neblina espectral
que camina en los barcos varados
en un jardín de arena.
Las velas se encienden
con las calaveras cósmicas
y las fumarolas
emergen en los volcanes
del diluvio
como manantiales
que corren al fondo del pozo
del desierto.
Florecen cactos que derraman
lágrimas
en el oasis de los espejos volubles
que reflejan pisadas
de antiguas caravanas,
que vieron amaneceres
desde la luna.
El costal de nieve se rompió
en la línea horizontal del ocaso.
Los paraguas se abren en las tumbas.
Los cuervos beben el néctar de las abejas.
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