INVITACIÓN A LA NADA
Difiero de la luz y la razón al estilo posmoderno,
pero tampoco les creo
a los excéntricos;
mucho menos a los faranduleros.
No ejercen sobre mí, influencia alguna,
las desbandadas de fieles tras las faldas
del que ponen de cabeza.
Nivel cero de atención, a los que llaman a la puerta
con intenciones subversivas:
¿como confiar en una torre convertida en papel reciclable?
Los rockeros estaban por convencerme:
agitaba la cabeza, caminaba por allí con el ceño fruncido
vomitaba con gusto después de la ingesta cervecera
hasta que tiré algunas hilachas de hígado
y me suspendieron la beca de niño bueno.
Eslóganes más comerciales menos
prefiero mantenerme sobrio.
Ahora watcho programas culturales
escucho al Mozart y al Ludwig Van
me olvidé de los porros y las grupies
de los buffers y las liras.
No vaya a ser la de malas y me quede sin oficio ni oficina.
No vaya a ser la de malas y me quede sin esposa y sin carrera.
(¡No vaya usted A-SER!)
SABIDURÍA TIERNA
Los niños juegan y dicen,
se ríen y burlan,
nunca recuerdan.
Los niños pasan el dedo por el pastel.
Cuando dicen:
-si tú lo haces… ¿yo por qué no?
No imitan,
en realidad sólo abandonan su lado blanco
para acreditarse en el club
de los nuevos inquilinos de la gran curiosidad compartida.
SIN PROBLEMAS DE HORARIO
No hay reloj que lo detenga,
no hay cifra que siga su ritmo,
ni siquiera pueden hacerlo pasar
como desgracia o signo de vida.
Todo ceso tiene un retro o un pro:
provengo de los sitios
que se descubren
después de la era para los fueron moldeados;
de los cuerpos empolvados
por la efervescencia de las espadas,
de la demolición insistente
que desapareció los rastros del dolor ajeno:
construir el porvenir no es como sembrar un árbol:
un hoyo no edifica un vacío cuando se trata de ocultar raíces deudoras.
El para siempre ofrece tranquilidad a los inquilinos
pero la fuga del agua
crea un estado de ansiedad
que no se detendrá a menos que sincronicen sus
tic-tács.
PREMIER
Llego a la butaca
me siento en primera fila
de la primera función:
parecería matinée si no te conociera.
Las noches las confundes con el primer farol
que te topas
después de salir del after.
Tú no dices algo que no quieras,
pero sí besas a todo el que te halaga.
Por lo primero no tengo reproches,
por lo segundo no existe reclamo
ya que haces lo que te viene en gana
sin el menor prejuicio.
Menos mal que siempre te agarro
a primeras horas
y me hago la ilusión
de que soy el que inaugura tus días.
© María Gabriela Abeal
…
Mi nombre es Eder Hernán Sarao. Porque no tenía otra cosa que hacer, por diligencia obligatoria, estudio la licenciatura en Sociología (ultimo año). A los 16 años tuve mi primer acercamiento a la literatura debido a los días de reposo en cama (debido a una operación) de mi exmejor amigo que me recomendaba libros. Aunque en la primaria -por culpa de algunos descerebrados profesores- ya habían pasado por mis manos El Quijote y El Principito. Ahora escribo porque me nace y no por añadidura. Estudio en la Universidad Autónoma de Tabasco, México. Tengo una experiencia de intercambio académico (un semestre) en Salamanca, España. Actualmente tengo 24 años. He colaborado con la revista Remolinos, Nevando en la Guinea, Circulo de Poesía, Letralia.
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