Esther Mora
Tomás Harris
Silvia Marcos
Esther Mora, San Pedro de la Paz-Concepción
Ella,
Para ti
mi casa la construí con puertas fáciles,
sólo mueves un biombo de flores
y pasas.
Te diriges al cuarto que te apetezca,
La ventana que te saludará es amplia.
También es para ti.
Desde allí contemplarás el paisaje más hermoso que recuerdes
y que por cierto puedo pintar, para ti.
El sillón mullido te hará señas
y te envolverá tibiamente como mujer perfumada y felina,
te invitará a recordar algún momento sensual,
te invitará a leer o lo que quieras,
allí está para ti
luego si deseas comer algo
lo que no te hace daño está en mi cocina
compuesta de vegetales como en una selva
estiras la mano y tienes la fruta
tienes el pan
cultivado por mí
amasado por mí
para ti.
Ahora si deseas dormir o escuchar música
nuestros gustos son similares.
El dormitorio está plagado de estrellas matutinas y nocturnas,
la luna más esplendorosa te espera
y si no deseas nada de aquello
cierras la cortina pesadamente oscura de la noche,
la paz sobrevendrá a esta pieza de meditación y extravíos amorosos
en un sueño profundo y reconfortante como el de un niño acariciará tus sienes.
El baño
aunque la austeridad es mi sello
he dejado jabones exóticos y sales aromáticas por si deseas bañarte,
y toallas muy suaves para esa piel que cubre lo mío.
hay cuatro llaves
una con agua de mar, otra con agua de la tierra, otra proviene de vertientes andinas
y de cataratas australes.
El patio
está lleno de árboles frondosos,
sacados de ese cuento que leías en tu niñez,
de quintas que soñaste con producir, pobladas de flores y pájaros.
Hay silencio, una pileta pequeña, arrullo y ruidos
por doquier si lo deseas,
es para ti.
Disculpa,
Voy a estar ausente,
Mi presencia estará no sé exactamente en que sueño
pero éste, te lo regalo.
Ah, se me olvidaba
las paredes,
encontrarás pinturas, homenajes a tu obra
y algunas fotos de mi rostro
que te gustó alguna vez.
Otra cosa,
si sientes soledad
no tienes más que desearlo
y vendrá a hacerte compañía,
ella
Una indagación sobre esta pervertida manera de ver las cosas
(de "Diario de Navegación" -1985)
Un tropel de caballo amarillos galopaba el tiempo
Orompello abajo;
nosotros sabíamos que todo nos sería concedido
en sueños;
una hembra destas tierras llamada O se abría como
boca de lobo
bajo el sol de cuarenta voltios
envuelto en celofán rojo;
lo narrado transcurre durante un caluroso amanecer
de verano.
Pero estas ciudades del Sur, sin querer, te
vacían el cerebro:
blancas, como Mikonos,
fantasmas, como pueblo minero de California;
O era puta y triste.
Después de consumado su cuerpo quedó a la deriva del
baldío,
mecida por la resaca del viento,
el Pacífico,
el sol poniente.
El vientre de O era liso y cruel.
Aún después de unas leguas de calles y baldíos refulgía
en nuestros deseos como aparición,
como faro,
como fuego fatuo;
pero no sabemos a ciencia cierta si el tropel de caballos
amarillos
era parte de los pervertidos mecanismos del sueño
o un dato efectivo de lo real.
Nos habían dicho que todo nos sería concedido en sueños:
nos habían dicho: "Vayan y busquen el amor"
y ante nosotros las ciudades eran el teatro del dolor:
pero sabíamos que los
pervertidos mecanismos del sueño
se oponen al dolor
Mar de la disolución
(de "El último viaje" - 1987)
Pero la lluvia era salobre, Almirante,
y duró tantos años
que la ciudad se fue borrando,
los muros desmoronándose,
los braseros de las putas que ardían en Bulnes
poblando la noche como de lámparas vivas
se extinguieron,
y con ellos se extinguió el amor,
ya no había línea del horizonte, puntos cardinales,
nos fuimos quedando sin
deseos.
BIOBIO
El puente sobre el Bío-Bío
Este es el puente de Brooklyn
sbre el río Bío Bío, el de los lagartos
venenosos.
Y este es el barro,
mezcla de agua y de lluvia,
mezcla de tierra y de baba animal,
de tierra y desagües,
de tierra y de sangre,
de tierra y de semen,
de tierra y sudor,
de tierra y residuos de mar:
de esta sustancia lúgubre se dice que fue
hecho el hombre,
recubierto después con lana o sintéticas fibras
el cuerpo,
transformadas más tarde en harapos sin origen,
vueltos negros, vueltos jirones, vueltos polvo.
esta es la luna,
viene desde lima, en el virreynato del Perú,
va hacia Nueva York;
brilló sobre un millón de mendigos en el Perú,
brillará sobre diez millones de mendigos en Nueva York,
brilla sobre miles de mendigos en Concepción de Chile.
Esta es otra década turbia, sólo que con miles o
millones de muertos más.
La vida y la muerte
cosa de números
y de superposiciones.
Trenes sin estación
No hay.
No existe más que el amor que se puede escribir.
Para vivirlo se expande el universo
ante tu paisaje
ante los fuegos, esos dos fuegos
ante tu estatura.
Es tuya tu figura pero ahora me pertenece
tomo posesión de tu territorio amor.
Te tomo al amarte ahora
cuando los trenes han quedado sin estación
y sólo hay un lamento de árboles latiendo.
El río baja hacia la oscuridad de la noche
así como mi sangre
hacia tu molécula más íntima
que te mueve hacia mi
como planta sedienta.
Frenos pondré
no resultan al restallar las estrellas
y las cosquillas que guarda mi falda
no puedo olvidar que mañana no existiremos
y que quedará de la inmanencia del tiempo?
en que tuvimos en la mano todas las respuestas
al por qué estamos aquí.
La realidad fugaz y esquiva
como un sueño que no alcanzo
me dice que tú eres en esos caminos solitarios
el abrigo, el puente,
el contacto con el cielo,
en que yo mínima y oscura
busco a ciegas una salida
pero me dejas sola
y no hay nada que repare tu ausencia.
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