CUENTO DEL MIRROR
Ahora recuerdo. Intrépida. Llegaste mostrándote en el más alto nivel del cinismo, haciéndote de mí, aunque debo admitir sin temor que jamás me he resistido. Tal vez fue por haber sido victima de las elecciones que se han quedado sin resolver y que cada vez se encuentran más distante. Al fin lo recuerdo. Fue un domingo, si un domingo cuando comenzó, cuando empecé a extrañar la compañía de mi soledad. Los años transcurren y el amor no es más que un anhelo de esperanza, que de apoco fue quedando atrás… y al final muere.
Pero sucedió que el problema no fue solo aquello, si no que al despertar… Amanece. Los primeros rayos de luz entran intempestuosos invadiendo mi cuarto, sus paredes y el silencio. Mi soledad se había hecho de mi sombra aliándose a la memoria -testigo implacable del tiempo- asesina de mí, imaginando que vuelves… una vez más.
El suave frió de otoño acecha, Mayo ya muestra su agudeza, al mismo tiempo que los pasos se redoblan al pisar las hojas secas esparcidas por doquier.
IRONICO
Luego de mirarme fijamente a los ojos durante unos instantes se dio media vuelta y se marcho.
-Si quieres que regrese –le dije- será tarde… muy tarde… este es mi ultimo adiós…
Fue lo ultimo que mis labios articularon antes de partir, antes de tirar la toalla, antes de abandonarlo todo… -adiós… y darle una lección a todos aquellos que como si fuere cualquier cosa me tiraron al medio del camino dejándome totalmente a la deriva.
Lo ultimo. Lo ultimo antes de llamar la atención, antes de ver como todo aquello se derrumbaba y darle la lección si… la lección… La lección.
A UN POETA MENOR
A: Jorge Luís Borges
Pasa la cordura
Pasa lo trivial y lo profundo
Pasa la aurora anclándose en la historia.
Te has envuelto en los devenires de la vida
Apoderándote de ellos
Te has rendido al arte de la divina poética
Perdido entre palabras preguntándote
Con hartura descarada que hubiese sido de ti
Sino hubieses sido tú.
Te has complementado durante siglos con las
Reglas simétricas de los decasílabos y hexámetros
Delatando tú más ínfimo secreto que siempre
Has rechazado invadido de rencores vestidos
De odios.
Has buscado refugio en algún lugar
En algún rostro
En algún arquetipo donde poder encontrarte
(Desde aquel hombre misterioso llamado Whitman)
Hasta morir de hambre y de sed
Ante la procura de los otros ansiando ser tu
Y eras nadie… Hasta ser nuevamente tú
Ceñido de oscuridad preguntándote si ser o no ser
Era la cuestión.
Te has perdido entre nieblas, vagando una y otra vez
En el espacio limitado de la tierra prometida
(El ajedrez era la vida y tu el Dios que movía las piezas)
Los místicos hablan de la noche oscura del alma
Lo cierto es que vida y muerte le han faltado a tu existencia
Has muerto tantas veces para luego volver a vivir y seguir muriendo y sin embargo el incansable centinela invadido de paciencia no te ha dejado
(Le perteneces)
El amor ha sido un largo sueño, atrapado en la cruz del olvido y desesperanza
Te has vertido en las profundas complicidades que atrae el intrínseco misterio
Te has infundado temores que se han hecho de ti, a través del tiempo
Has pertenecido a la ilustre perpetuidad de los caballeros Sajones y junto a ti la ineludible espada métrica que como un viejo Rey te juzga y te comprende
Has vivido en las penumbras de lo incierto, en la incertidumbre de ser tú.
Lo cierto es que las intransigencias sustanciales te han hecho desistir y abandonar a tu propia suerte lo que luego fue tu destino
-Has luchado y has vencido-
Has abandonado la sigilosa guardia del centinela
Los años te han mostrado la tan ansiada justicia Aristotélica
El amor ha sido el reto cara a cara con la vida atravesando su endeble consecuencia.
Has culminado con la retórica batalla de Nortumbria y su mitología con aquellas guerras de Yeart, Shaw y Shakespeare.
Y la larga complejidad de las letras ha caído a tus pies.
Convirtiéndote
En aire
En mar
En tiempo
En siglos
En polvo
Que al fin unió el amor y no el espanto.
Árbol de la noche
Los árboles de la noche estiran sus ramas
Te atrapan
Te absorben
Te subyugan
Regodeándose en su propia dadiva
En su interior ríe pues ha triunfado
La espesura de la bruma oscurece cubriendo todo a su alrededor
El aire huelle a sangre
A cobardía
A muerte
Los instintos fluyen
La carga espiritual se hace más inmensa
Fluye en el aire el temor el indómito clamor de la desdicha
(El sufrimiento es solo una parte)
¡¡Silencio alguien habla!!
Otra victima
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