DANIELA VILLARREAL RUBIO - México

PUNTOS SUSPENSIVOS

De ti sólo me restan dos canciones; esas que rojas siniestras, se encargan de regar con fuego el aroma adormecido de tu piel.

Con mucho que desear pero pocas esperanzas de encontrar saciedad, busco el agujero en la tierra donde me gusta recostar mi cuerpo inerte y pensar en tu irónica y fogosa frialdad.

Indigno es lo que tengo por vida.

Todo es una sarcástica alianza con tu sonrisa arrogante, donde no hay esperanza de triunfo en tus infiernos, no hay esperanza de luz en el exilio al que me arrojas.

Y ahora, a falta de los incendios que llevas por ojos, te dejaré junto a los puntos suspensivos…

Aún cuando poner fin a mi línea sea la única salida.



MUROS ENTRE MIRADAS (UNA PASIÓN FUGAZ)


Esa escena donde tomabas mi mano y bebías café de la taza, vuelve a mí para mentir nuevamente acerca de tu ubicación.

Siempre te dije que era el tiempo correcto para hacer algo bueno con nuestras vidas, siempre fue el tiempo, pero nunca escuchamos el sonido del viento que punzante y desquiciado, retumbaba en la noche haciendo de nuestras mentes un lugar fértil para el pánico.

No supimos si la cárcel que nos unía era un sentimiento verdadero o sólo un capricho de las ganas de nuestros cuerpos.

Pero nunca olvidaré los insignificantes momentos.

Tú dormido respirando mis deseos, yo pensando en guardar ese instante; y aún cuando eras tan mío, tuve miedo, porque nunca había sentido tanta vida entre mis manos, nunca había visto el palpitar desesperado, aquella imagen que guardo donde el latido de tu cuello fue un secreto entre tu piel y mis ojos, me ayuda a no olvidar lo que era sólo nuestro.

Con el pulso activo y tu corazón en mis pupilas, no sólo entendí que tu sangré caliente algún día se tornaría fría, sino que pude sentir realmente la vida a través de tu respiración y luego morir a causa de su ausencia.



LEVADURA Y ALONSO

Que el sueño no nos juzgue, que las horas no se olviden de nosotros, pues lo que tomo de tus palabras son susurros y colores inquietos.

Y yo que era viento, sin tiempo ni sentido, ahora en el deseo me expreso, como un imán contra el silencio, incrustado en intentos que se reducen a fuego.

Sola luz de inesperado movimiento, tus armaduras se imponen a mostrarse primero, y qué será de los ojos que llevo por desvelo, qué será de la noche solitaria en tus años… uno más o uno menos.
¿Acaso te importa si tiemblo?

Con tus palabras voy contando las que faltan para llegar hasta tus sueños; si dibujo de noche, es para no ver en tu espejo el desnudo de mi alma.