Arrojamos pan duro a las palomas y los niños corrían en
círculos imperfectos. Un grito lejano sugirió resguardo.
El cielo rezongaba temblando en su entraña el recorrido
venoso de los relámpagos enla cúpula como cizalla dejada
por un cascanuez
*
El abuelo cantó aferrado al bandoneón. El amor no nos
mata. El hojaldre despedía olor a muchacha recién llegada
empapándose por dentro de una lluvia arrepentida por no
desplegar el sexo antes de la boda
*
El rastro nupcial de latas en la tierra, silencioso camino
que nunca volveremos a recorrer. Final de fiesta, la sombra
borroneaba a los novios que perdían gametos en la niebla
como raíces a punto de parir
*
EDUARDO CURBELO -URUGUAY
arte poética
Fotomecánica de los hechos. El tiempo duda del tiempo.
La muerte desconfía de sí misma. Lo único real es el
Poema. Una firma sostiene un papel fácilmente
combustible y la rúbrica estira una sonrisa
De Abrevadero
EDUARDO CURBELO -URUGUAY
Mano de obra
El silbato atraviesa el aire, se acurruca en las orejas
como un mirlo. Un hombre acomoda bajo el sol una bolsa
de Pórtland y apoya la media de la siesta. El músculo
duerme feliz como recién salido de la guerra
*
Desde niño, sentado a las rodillas, miro un dedo que
señala al cielo. El detergente gotea en la pileta un aroma
líquido, labios de la distancia. "Cuando se construye -dijo-
mientras la solución escapa por la ventana, los problemas
entran por la puerta"
Hijo mío, toda certeza es un cristal
*
Las nubes entristecen las hojas recién despiertas
Dijo mi padre que el tiempo es un varón de manos
encallecidas y que el espacio termina cuando festejamos la
planchada.
Escribo, calzo una bolsa de cal en la clavícula, arrastro
la carretilla vacía. Excavo la tierra buscando un tesoro de
lombrices retorcidas. Planifico los tablones, las varillas de
hierro hermanadas con trozos de alambre. Arrojo el material
de los cimientos. Arte poética.
EDUARDO CURBELO -URUGUAY
Estadio Centenario
Las manos giran al cielo. Delta rasgado, un grito agitó
banderas y tribuna, párpados y uñas. La remera mojada, el
entrecejo arrugado, un relator que televisa con la palabra.
La moña en una baldosa inundando de cerveza el gesto de
un testigo
Ya fue dicho: goles errados son goles en contra. La
cancha somos nosotros y el resto, paisaje después de la
batalla.
*
Bajan balazos de goma, milicos de la muchedumbre,
manos de cachiporra. Justicia desde los doce pasos y un
penal. Las manos en la nuca y un disparo furibundo
Un gatillo jala de la soga por última vez
*
Dijo un entrenador: el jugador nunca supera el juego.
Dominando pelotas de trapo descalza frío la calle de adoquín.
Mientras mueren pájaros debajo de sus pies, un
centrofoward se hundirá en el misterio
Se persigna y la besa. Una virgencita se agacha de
Su cuello a recoger pasto. La pantalla lo recoge, gigante,
hombre de huesos. Me sacará de pobre, dice la madre.
Endurecen agallas sus labios, testículos perdidos en el sur
De Penitentes
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